Descansando en Niepołomice como los reyes

Llevamos varias semanas con mucho trabajo y hemos decidido tomarnos un descanso. Llamamos al Castillo de Niepołomice y hacemos una reserva por teléfono. Nos han ofrecido un paquete muy interesante de alojamiento que incluye el alojamiento, una botella de vino espumoso blanco con una bandeja de frutas que nos esperará en la habitación a la llegada, la cena de dos platos con postre y café y el desayuno bufet. Así nos vamos a Niepołomice que está situada a unos 25 km del centro de Cracovia, muy cercana a las orillas del río Vístula y al borde de un gran bosque virgen, antiguo lugar de caza de los reyes de Polonia y Lituania. Hasta hoy en día viven jabalíes, ciervos, conejos y bisontes europeos.

Hoy es sábado. Hemos tardado unos 40 minutos. Lo primero que nos encontramos nada más llegar es con su Plaza Mayor, con un pequeño aparcamiento exterior para coches, llena de pequeños comercios a su alrededor y a la derecha la iglesia dedicada a los 10.000 Mártires, que cierra uno de sus laterales. La iglesia fue fundada por el rey Casimiro el Grande a mediados del siglo XIV, en el Museo del Castillo descubriremos el acto de su fundación en el año 1350…

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A pocos metros de aquí se encuentra el Castillo Real – Zamek Królewski, llamado el Segundo Wawel, haciendo llegar a la mente el famoso Castillo Real de Cracovia. El Castillo de Niepołomice hoy en día está convertido en un muy buen hotel. Sólo tiene tres estrellas, pero muchos hoteles de cuatro o cinco estrellas podrían tener celos de la amplitud de las habitaciones, de los muebles hechos a medida que hacen recordar los antiguos muebles del siglo XVII y del servicio, lo que descubriremos en breve… Nada más llegar  impresiona el exquisito aspecto de conservación del mismo y los jardines que le bordean. Lo primero que nos encontramos delante de los jardines es una estatua del rey Casimiro el Grande el cual mandó construir el primer castillo a mediados del siglo XIV que en aquel entonces poseía tres torres de defensa. Tras pasar la majestuosa puerta de entrada nos encontramos en su patio interior, obra renacentista ordenada por el rey Segismundo Augusto, el último de la dinastía de los Jagellones y efectuada por Santi Gucci. A la derecha nada más entrar hay una estatua en bronce sentada en un banco. Es Stańczyk, el famoso bufón de los tiempos del siglo XVI que no se cortaba ni siquiera para criticar sabiamente a los reyes de Polonia… Si tiene ganas y sentido del humor, puede sentarse a su lado e intentar colocarse en su misma posición y tomar una foto.

A la izquierda del patio de arcos está el acceso a la recepción. Nos registramos y nos dan la habitación 206 dedicada al rey Casimiro Jagellón. El hotel dispone de 20 habitaciones y 4 apartamentos. Cada una de ellas está dedicada a un rey o reina de Polonia de alguna manera vinculado al Castillo. Fijamos el horario de la cena con la recepcionista a las 18:30 horas. Los horarios de las cenas en poblaciones pequeñas como en la que nos encontramos van desde las 18 hasta las 19 horas. Subimos a la habitación para dejar nuestra pequeña bolsa de viaje. Nos encontramos con una habitación muy generosa en sus dimensiones. Muebles imponentes. Inclusive hasta el mueble donde se oculta el televisor. En la mesa nos espera la botella de vino blanco espumoso, la bandeja con fruta cubierta con una de esas tapaderas de acero inoxidable que utilizan los chefs, dos botellas de agua y una bola de cristal donde se encuentra una figura en referencia a la Reina Bárbara, la esposa del rey Segismundo Augusto, considerada una de las mujeres más guapas en Polonia y Lituania en el siglo XVI. Cabe destacar el aparato de teléfono. El baño con ducha es correcto con toallero caliente para mantener las toallas a buena temperatura. Empezamos a relajarnos del estrés poco a poco. Nos servimos una copa de vino y brindamos por nosotros. Na zdrowie! – como se dice en Polonia.

Ya en el restaurante nos recibe un atento camarero y nos sirve una de las mejores cenas que recordaremos siempre. ¡Qué buenos estaban el primero y el segundo plato!. Un vino imponente. El postre estaba de locura. Nos tomamos dos cafés expresos. Al terminar de cenar nos retiramos a nuestros aposentos. Vamos a dormir en el mismo lugar que lo hicieron en su día los reyes. Después de una noche de descanso sin un solo ruido nos levantamos para desayunar y disponernos para efectuar la visita guiada del Castillo y de su Pinacoteca que hace parte de la famosa colección del Museo Nacional en Sukiennice, es decir de la Lonja de Paños de la Plaza Mayor de Cracovia. Se pueden admirar cuadros y estatuas desde el siglo XVIII hasta el siglo XX, efectuados por artistas polacos y extranjeros pero que tuvieron algo a que ver con Polonia. En las salas se encuentran obras de Bacciarelli, Matejko, Gottlieb, Gierymski, Malczewski, Ajdukiewicz, Olga Boznańska

Todo el servicio del hotel muy bueno. Comemos en un restaurante local de cocina típica polaca. Volvemos a casa con las pilas cargadas para continuar con nuestro trabajo. Nos hemos prometido volver a Niepołomice en cuanto podamos. Hemos descansado como los reyes.

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